Recuerda que somos una parte muy importante para cada uno de ustedes.
Cuídanos, ya que cada día se presentan muchos accidentes y solo por descuidó, recueda que somos pequeños, inteligentes,audazes y traviesos.
Esta es una campaña Bogotá generando conciencia.

Un reconocimiento al amor por niños y niñas

El Instituto Colombiano para Ciegos y Sordos se consagró como el mejor en Latinoamérica.

La tenacidad y el amor por los niños y niñas con discapacidad auditiva y visual, distinguen al Instituto para Ciegos y Sordos del Valle del Cauca.

Y es una de las ventajas comparativas frente a entidades de Ecuador, México y Perú. Ello fue suficiente para que los acreditaran con el reconocimiento Alas-Bid 2013 en la categoría de Mejor Centro de Atención Infantil Temprana en Latinoamérica.

Doris García de Botero, la directora, recibió el reconocimiento en Washington (Estados Unidos). Desde 1940, el Instituto se centra en la atención de la población infantil neonata (recién nacida) con dificultades auditivas y de visión, su desarrollo y acompañamiento a las familias, que por lo general son población de los estratos 1 y 2.

“Los proyectos de atención prematura son claves en el desarrollo de los niños”, aseguró Andrés Castillo, ingeniero de proyectos del instituto.

Anota que “hay un tema educativo y de salud de por medio, nos centramos en una atención que el Estado debería brindar de manera gratuita y por derecho constitucional”.

En promedio anual, la institución recibe en sus aulas, ubicadas en el sur de Cali a 210 niños, se les realiza un diagnóstico que mide la gravedad de su condición y se permite realizar un acompañamiento de calidad. “Nuestros procesos son de estimulación, exposición a todo tipo de situaciones cotidianas. Es vital llenarlos de muchas experiencias”, asegura Jennifer Sinisterra, encargada del área de primaria con discapacidad visual y con seis años en la entidad.

Hoy, la institución genera el 92.10 por ciento de los recursos requeridos para el funcionamiento general (Clínica y Rehabilitación). Los recursos restantes se obtienen a través de aportes de la Secretaría de Educación Municipal y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), proyectos con entidades públicas y privadas o donaciones de empresas y particulares (7.54 por ciento). Las familias aportan el restante 0.36 por ciento.

“Este premio nos permite crecer como institución, reivindicar una labor que se realiza con mucho amor. Este premio es el fruto del esfuerzo de cada una de las personas que dan lo mejor de sus capacidades y conocimientos a favor del Instituto para Niños Ciegos y Sordos, los niños y sus familias”, dijo Doris García de Botero, directora del instituto.

Kimberly Chaparro tiene 18 años y sueña con ingresar a la universidad para estudiar bacteriología. Esta semana visitó la institución que le guió, a ella y a sus papás, a llevar una mejor vida y poder soñar en grande. “Desde que salí de la institución (en 2003) vengo a visitarla porque siempre estaré agradecida con sus formadores y con lo que hicieron por mi vida. Me permitieron comunicar mejor mis sentimientos y hoy les demuestro mi felicidad por ese reconocimiento", mencionó Chaparro.

El costo por el tratamiento de un niño (salud, educación, alimentación) se acerca a los 700.000 pesos, de esto los padres solo deben realizar unos aportes, que estén a sus alcances.

Prueba del trabajo que hacen con los niños, acompañándolos en su infancia, parte vital en la vida del ser humano, es el premio que recibieron, a pesar de las adversidades y el factor económico que nunca es completo, pero que les permite atender a los niños como deben.

Ahora el Instituto entra en una nueva etapa, la de recibir en sus aulas a población infantil sin discapacidad, para demostrarle a sus padres y a la ciudadanía, que es posible la convivencia con personas discapacitadas y que ellos superan cualquier límite.

Sobre el premio Alas-Bid

El premio nace en 2012 producto de un mutuo acuerdo entre la Fundación Alas, de la artista Shakira, y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El premio incluye una beca para la institución que le permite realizar un curso virtual, 2.500 dólares en efectivo y cinco computadoras portátiles, además de cinco tabletas.

REDACCIÓN CALI